BIENVENIDO FEDERICO GIL A LA ELITE MUNDIAL

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El argentino de 27 años se metió en la final de la prueba de Skeet en el Campeonato Mundial de Escopeta en Lonato, Italia, donde quedó quinto, a tan sólo un plato de disputar la medalla de bronce. “Hicimos historia en Argentina y en Latinoamerica”, renoció Federico tras la competencia.

A pesar de su juventud, Federico Gil ya tiene una extensa carrera en el alto rendimiento. Con tan solo mencionar que participó de tres Juegos Panamericanos (Río 2007, Guadalajara 2011 y Toronto 2015), daremos cuenta de la cantidad de años que lleva participando en el mejor nivel internacional. Sin embargo, el tirador oriundo de Avellaneda recordará este 2015 como el año en que dio el gran salto.

Entre tantos logros, cabe destacar las cuatro finales alcanzadas en Skeet en la Copa del Mundo de Acapulco (México) en marzo, los Juegos Panamericanos en julio, la Copa del Mundo de Gabala (Azerbaiyán) en agosto, con clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016 incluida, y la más reciente en el Campeonato Mundial de Lonato (Italia).

Emocionado por su último gran logro, Federico compartió con nosotros todo este recorrido que lo llevó al lugar de privilegio donde se encuentra hoy, aguardando su confirmación en la Copa de Campeones, competencia que se disputará en Chipre durante el mes de agosto y que reúne a los mejores doce tiradores del mundo.

“Este 2015 comencé siendo finalista en la Copa del Mundo de Acapulco, algo que no sucedía hace muchísimos años para Argentina. Luego, en la Copa del Mundo de Chipre, quedé a solo dos puntos de volver a meterme en la final”.

“En julio llegaron los Juegos Panamericanos, donde éramos favoritos para lograr la medalla de oro y la clasificación olímpica. Tuve una clasificación perfecta, registrando el nuevo récord panamericano. Sin embargo, la final me jugó una mala pasada y quedé quinto, perdiendo mi cupo olímpico”.

“15 días después, nos fuimos a la Copa del Mundo en Azerbaiyán. Sabíamos que si queríamos estar en Río 2016 teníamos que ser finalistas sí o sí… ¡Y lo fuimos! Con un puntaje de 123/125 nos metimos en la definición y logramos el cupo olímpico”.

A pesar de la frustración en Toronto, Federico demostró una gran entereza para recuperarse rápidamente y conseguir el objetivo mayor: la clasificación a los Juegos Olímpicos. Con este impulso, afrontó el otro gran objetivo del año: el Campeonato Mundial en Lonato, Italia. Una vez más, recurrimos a sus propias palabras para relatar lo acontecido.

“Apenas regresamos de Azerbaiyán comenzamos con la preparación para el Mundial. Entrenamos todos y cada uno de los 30 días que tuvimos desde que llegamos hasta que partimos hacia Italia. Sabíamos que no podíamos conformarnos con lo que ya habíamos logrado, y que teníamos que pelear por mucho más. Una semana antes de viajar, vimos que habían actualizado el Ranking Mundial y que me ubicaba entre los once mejores del mundo. Esto nos dio el impulso que faltaba para seguir entrenando duro”.

“Una vez acá, seguimos preparándonos intensamente. Sabíamos que si hacíamos las cosas como sabemos, podíamos ser finalistas una vez más. La presión no era poca; Italia es la «cuna» del tiro con escopeta a nivel mundial. En medio de todo el entrenamiento, tuvimos la oportunidad de escaparnos un día a Roma, donde junto con mi hermana [Melisa, también clasificada a Río 2016] tuvimos el privilegio de conocer al Papa Francisco, quien nos bendijo los anillos olímpicos que llevamos colgados del cuello”.

“Finalmente, empezó la competencia y lo hicimos con todo. En el primer día de clasificación, pegué 74 sobre 75 platos. El segundo día, acerté 48 sobre 50, registrando un total de 122 sobre 125. Éramos seis tiradores empatados para cuatro plazas finalistas y fuimos a un desempate, el cual gané junto a mis rivales de Estados Unidos, Italia y Egipto”.

“Lamentablemente, el árbitro de la final me dio malo un plato que era bueno. El público y mis contrincantes coincidieron en que había acertado. De hecho, el mismo ganador de la prueba, el estadounidense Vincent Hancock, habló con el referee para decirle que le había pegado. Apelamos pero no hubo caso, y ese plato me costó poder disputar el mano a mano por la medalla de bronce”.

“A pesar de eso, estoy muy feliz con el quinto puesto. Hicimos historia en Argentina y en toda la región, ya que es la primera vez que un atleta latinoamericano logra entrar en dos finales de Copa del Mundo y en una final del Mundial en un mismo año”.

La medalla de oro quedó en manos de Hancock, mientras que el francés Anthony Terras se quedó con la de plata. Además, el italiano Gabriele Rosesetti superó a Jesper Hansen, de Dinamarca, en la partida por el bronce.

Los argentinos Fernando Gazzotti y Ariel Romero también participaron de la prueba. Gazzotti ocupó la novena posición y estuvo a sólo un plato (acertó  121 sobre 125) de disputar el mismo desempate que llevó a Gil a la final. Por su parte, Romero finalizó en el puesto 110° con 108 platos.

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Esperando la confirmación oficial de su participación en la Copa de Campeones, Federico ya empezó a planificar el 2016 para llegar en óptimas condiciones a los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, donde su hermana Melisa también estará presente (obtuvo su pase en Toronto 2015), y en la misma disciplina, una rareza en la historia del tiro en los Juegos. Los hermanos Gil ya integran la elite mundial de su deporte, pero no se conforman y van por mucho más.